¿Qué es una planta medicinal?
El ser humano a lo largo de la historia, de manera intuitiva con la observación y el conocimiento empírico que obtenía a través de aciertos y errores, aprendió a distinguir de entre todas las especies vegetales, las dañinas de las que podían serle de utilidad, estableciéndose un primer entendimiento sobre lo que se conoce hoy en día como “planta medicinal”. El empleo terapéutico de estas especies vegetales fue la base principial de la medicina de la Grecia clásica y la medicina árabe.
Las plantas producen dos tipos de componentes químicos: los principios primarios o inmediatos y los principios activos.
Los primarios o inmediatos
Son fundamentales para la nutrición. reguladores de crecimiento e intervienen en la fotosíntesis. Tales compuestos son los carbohidratos, proteínas, grasas, ácidos nucleicos, aminoácidos, algunos ácidos carboxílicos, vitaminas, otros.
Los secundarios o principios activos
Son sustancias que presentan actividad farmacológica, no son comunes a todas las plantas. pero son característicos de cada especie y a veces se les considera como medios de defensa. Como ejemplo de estos metabolitos se tienen alcaloides, flavonoides, esteroides, curnarinas, taninos, Aceites Esenciales y muchos más.
Existen factores que influyen en la síntesis de los principios activos y determinan la cantidad y calidad de los principios activos sintetizados por una planta los cuales son: Genotipo, nutrientes, tipo de suelo, agua, sol, viento y prácticas agrícolas.
Propiedades de algunas plantas medicinales
Relajantes: Valeriana, toronjil, pasiflora, verbena, lúpulo, amapola, lavanda.
Digestivas: Jengibre, manzanilla, anís, poleo, hinojo.
Circulatorias: Ortiga mayor, romero, ginkgo biloba, tilo, olivo. ciprés, muérdago.
Hepáticas: Cardo mariano, achicoria, boldo. artemisa. cúrcuma.
Depurativas: Enebro, las barbas de maíz, perejil.
Respiratorias: Eucalipto, llantén, sauce. malva, limón.
Reumatismo: Albahaca, apio. sauce blanco. mejorana. primavera.
Sistema inmunológico: Ginseng, ajo. equinácea
Para la piel: Caléndula, cola de caballo, sábila, diente de león, borraja.
Ojos, boca y oídos: Salvia, menta, mirra, orégano, clavo.